La problemática del reciclaje textil ha captado la atención de la comunidad científica, que busca implementar soluciones innovadoras para abordar el vertiginoso volumen de desechos textiles generados a nivel global. Actualmente, se estima que se descartan alrededor de 92 millones de toneladas de prendas anualmente, de las cuales solo una fracción se recicla, una realidad que inquieta a los especialistas del sector.

Frecuentemente, la ropa en desuso es incinerada, depositada en vertederos o, en el mejor de los casos, donada o vendida, dado que muchas personas desconocen alternativas para su reutilización. No obstante, los investigadores se encuentran inmersos en la exploración de nuevas vías para reciclar estos tejidos, otorgándoles una segunda vida, ya sea a través de su transformación en nuevas prendas o en la creación de productos funcionales.
Un desafío particular radica en el manejo de textiles que mezclan distintos materiales, como algodón y poliéster, cuyas fibras entrelazadas dificultan su separación y reciclaje individual.
Descomposición de tejidos
En este contexto, un equipo de científicos de la Universidad de Delaware, en Estados Unidos, está investigando un revolucionario método de reciclaje que implica la descomposición de tejidos mixtos mediante el uso de productos químicos y un electrodoméstico común en la cocina: el microondas. Este proceso, que no excede los 15 minutos, logra disolver mezclas de licra, algodón, nailon y poliéster en moléculas aptas para la fabricación de nuevas prendas, tintes, neumáticos e incluso productos electrónicos.
Tasha Lewis, profesora adjunta de Estudios de Moda y Comercio Minorista en la Universidad Estatal de Ohio, destaca que enfoques de reciclaje como el mencionado podrían ser la respuesta para evitar que la ropa termine en vertederos.
Además, existen alternativas más accesibles y económicas, como la adquisición de prendas usadas o de segunda mano, una tendencia en crecimiento en los últimos años.

El reciclaje textil se ha vuelto una cuestión apremiante, especialmente ante la proliferación de la moda rápida, caracterizada por la producción acelerada de prendas económicas y efímeras para seguir el ritmo de las cambiantes tendencias.
De acuerdo con un informe de la Fundación Ellen MacArthur, una ONG enfocada en el reciclaje, apenas una octava parte de las 92 millones de toneladas de ropa desechadas anualmente a nivel mundial se recicla, mientras que el resto termina en vertederos o incineradoras, generando contaminación ambiental.

La mayoría de las prendas «recicladas» son trituradas para convertirlas en un material de menor valor, utilizado comúnmente como relleno o aislante. Según datos de esta organización sin fines de lucro, menos del 1% de las prendas se reciclan para transformarse en nuevas prendas de vestir.
La investigación y desarrollo de métodos innovadores de reciclaje textil, como el uso del microondas, representan una esperanza tangible para la sostenibilidad de la industria de la moda y la reducción del impacto ambiental de los desechos textiles. La colaboración global y el cambio en los hábitos de consumo serán clave para enfrentar este desafío y construir un futuro más sostenible.

