El océano, que cubre más del 70% de la superficie terrestre y regula el clima del planeta, enfrenta una crisis silenciosa. La minería en aguas profundas, la acidificación y la sobreexplotación de recursos han puesto en riesgo su equilibrio ecológico.
Es en este contexto que, desde hoy y hasta el 13 de junio, Niza se convierte en la capital mundial del debate oceánico con la celebración de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC 3).
La cumbre, organizada por Francia y Costa Rica, reúne a más de 50 jefes de Estado y de Gobierno, científicos y activistas con la misión de acelerar la acción global en favor de la conservación y uso sostenible de los océanos. En su primer día, se ha puesto en evidencia la urgencia de transformar compromisos en acciones concretas.

El océano no está en venta
El presidente francés, Emmanuel Macron, lo dejó claro en su intervención: «Las profundidades marinas no deben estar en venta. La exploración minera no puede avanzar sin regulaciones estrictas que protejan los ecosistemas.» Sus palabras llegan en medio de una creciente preocupación por la explotación del lecho oceánico, especialmente tras la postura de Estados Unidos de acelerar la minería submarina.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió sobre el peligro de convertir los océanos en un “Far West” de la explotación indiscriminada. Enfatizó la necesidad de establecer un marco legal sólido que garantice su protección.

Más allá de la cumbre
Además de los discursos y negociaciones, UNOC 3 se celebra en el marco del Día Mundial de los Océanos, acompañado por actividades paralelas como el evento «Maravillas del Océano», diseñado para concienciar sobre la biodiversidad marina.
Se espera que la conferencia culmine con la adopción de una declaración política y la presentación del Plan de Acción de Niza sobre los Océanos, en el que se delinearán compromisos concretos para la preservación de los ecosistemas marinos.