El ciclo del agua se ha vuelto cada vez más errático y extremo, oscilando entre el diluvio y la sequía. Según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), solo un tercio de las cuencas fluviales mundiales experimentó condiciones «normales» en 2024. Este es el sexto año consecutivo de un desequilibrio que demuestra el impacto de tener demasiada o muy poca agua en las sociedades y economías globales.
El desequilibrio en el ciclo del agua: ríos y glaciares en riesgo
El informe de la OMM muestra un panorama preocupante: dos tercios de las cuencas fluviales mundiales tienen un exceso o una escasez de agua. En 2024, la descarga estuvo muy por debajo de lo normal en cuencas clave de América del Sur (Amazonas, Paraná) y del sur de África (Zambeze). Por el contrario, hubo una descarga superior a la normal en Europa Central y partes de Asia, provocando grandes inundaciones en los ríos Danubio y Ganges.
Los glaciares no escapan a esta crisis. El año 2024 fue el tercer año consecutivo con una pérdida de hielo generalizada en todas las regiones. Se perdieron 450 gigatoneladas de hielo, lo que equivale a un bloque de 7 kilómetros de alto, ancho y profundidad. Esta cantidad de agua de deshielo añade 1,2 milímetros al nivel global del mar, contribuyendo al riesgo de inundaciones costeras.
Los extremos se convierten en la nueva normalidad

El informe también destaca un aumento de los eventos climáticos extremos. En la zona tropical de África, por ejemplo, las lluvias inusualmente fuertes de 2024 dejaron un saldo de 2.500 muertes y 4 millones de personas desplazadas. Europa sufrió las inundaciones más extensas desde 2013, y Asia y el Pacífico fueron golpeadas por ciclones y lluvias récord que causaron más de 1.000 muertes.
En un mismo país pueden coexistir ambos extremos, como ocurrió en Brasil. El sur del país sufrió inundaciones catastróficas que cobraron 183 vidas. Al mismo tiempo, la cuenca del Amazonas continuaba con una sequía que venía desde 2023 y que afectó a casi el 60% del territorio nacional.
Por qué es crucial mejorar la medición y el intercambio de datos
Ante este panorama, la OMM hace un llamado urgente a mejorar el monitoreo y el intercambio de datos sobre los recursos hídricos. La Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo, lo resume así: «No podemos gestionar lo que no medimos. Sin datos, corremos el riesgo de volar a ciegas».
La inversión en la mejora de la colaboración y el intercambio de datos es vital, ya que se estima que 3.600 millones de personas se enfrentan a un acceso inadecuado al agua al menos un mes al año, una cifra que podría superar los 5.000 millones para 2050. Para enfrentar este desafío, países como Uruguay han tomado medidas concretas con proyectos de infraestructura como la represa de Casupá. Por ello, la información fiable y basada en la ciencia es más importante que nunca para tomar decisiones informadas y mitigar los efectos de esta crisis.


