Es alarmante el incremento de ballenas muertas, que asciende a más de 70 en lo que va del año, y vinculan la situación a la «marea roja».
La Península Valdés, situada en la costa del mar argentino en la provincia de Chubut, fue reconocida como Patrimonio Natural de la Humanidad y es el principal destino de las ballenas en época de reproducción.
En las últimas semanas, se encontraron 21 ballenas franca austral, muertas en la Península Valdés, con lo que se elevó a 71 el total de ballenas muertas en lo que va del año, una situación que ha generado gran preocupación en esta área natural.

Según el Programa de Monitoreo Sanitario de la Ballena Franca Austral, entre el 19 y el 29 de octubre se contabilizaron las muertes de estos ejemplares, afectadas posiblemente por floraciones algales nocivas en el Golfo Nuevo.
De acuerdo con los reportes oficiales, la cifra de cetáceos muertos ya duplicó la del año pasado, cuando se registraron 30 muertes en la Península de Valdés; mientras que en 2022 hubo solo 12 casos.

Las autoridades locales han atribuido estas muertes a la ingesta de algas tóxicas por parte de los cetáceos, fenómeno que ocurre de manera natural en distintas zonas marítimas del mundo. Según los informes preliminares, este tipo de eventos no representa un riesgo para la salud humana.
Equipos de especialistas investigan las posibles causas y el origen específico de estas toxinas en las algas, que provocaron la muerte de estos animales. Las autoridades aseguran que estas floraciones algales nocivas suelen ser cíclicas, con registros de casos similares en años anteriores.

Gabriela Bellazzi, presidenta del Concejo Deliberante de Puerto Pirámides, indicó que la situación estaría relacionada a una toxina natural, mejor conocida como «marea roja».
La misma está presente en el zooplancton del que se alimentan las ballenas, razón que explica el alto número de muertes. Ya que cuando las ballenas comen grandes cantidades de este zooplancton, pueden morir.
En base a medios argentinos.

