Más allá de su fama cinematográfica, los tiburones son piezas clave en el equilibrio oceánico y su desaparición tendría consecuencias ecológicas profundas.
Cada 14 de julio se celebra el Día Internacional de la Conciencia por los Tiburones, una fecha que busca reivindicar el papel esencial que estos animales desempeñan en los ecosistemas marinos y alertar sobre las amenazas que enfrentan.

Arquitectos del equilibrio marino
Los tiburones son depredadores tope, lo que significa que ocupan el nivel más alto de la cadena alimentaria. Su presencia regula las poblaciones de otras especies, evitando la sobreabundancia y promoviendo la biodiversidad. Al alimentarse de individuos enfermos o débiles, contribuyen a mantener saludables las poblaciones de peces y mamíferos marinos.
Además, su influencia va más allá de la caza: generan lo que los científicos llaman un “paisaje del miedo”, modificando el comportamiento de sus presas y, con ello, la dinámica de hábitats como los arrecifes de coral o las praderas submarinas. En lugares como Shark Bay (Australia), se ha demostrado que los tiburones ayudan a preservar sumideros de carbono, ralentizando el cambio climático.

Diversidad y distribución
Actualmente se han identificado más de 500 especies de tiburones, desde el imponente tiburón ballena (que puede superar los 12 metros) hasta el diminuto tiburón linterna enano, de apenas 20 centímetros. Habitan todos los océanos del planeta, desde aguas tropicales hasta regiones polares, y algunas especies incluso se adaptan a ríos y lagos de agua dulce, como el tiburón sarda.
¿Qué comen los tiburones?
La dieta varía según la especie. Los tiburones carnívoros se alimentan de peces, crustáceos, calamares, tortugas, focas e incluso aves marinas. Otros, como el tiburón ballena y el tiburón peregrino, son filtradores de plancton, desempeñando un rol ecológico similar al de las ballenas.

Una especie en peligro
A pesar de su importancia ecológica, más del 30% de las especies de tiburones están amenazadas de extinción. La pesca excesiva, el comercio de aletas, la captura incidental y la degradación de hábitats son las principales causas. Se estima que más de 100 millones de tiburones mueren cada año, muchos sin dejar rastro.
CARACTERÍSTICAS: Los tiburones destacan por su esqueleto cartilaginoso, que les permite moverse con gran velocidad y flexibilidad. Su piel, cubierta de dentículos dérmicos, reduce la fricción y optimiza el nado. Además, cuentan con un sofisticado sistema sensorial -el órgano de Lorenzini- que detecta campos eléctricos, incluso bajo la arena. Su dentadura es igual de asombrosa: poseen múltiples filas de dientes que se renuevan constantemente, sumando miles a lo largo de su vida.
La desaparición de los tiburones no solo afecta la biodiversidad marina, sino también la economía local, el turismo responsable y los esfuerzos globales contra el cambio climático.