Cada 5 de septiembre se conmemora a nivel mundial el Día Internacional de las Mujeres Indígenas, una fecha de relevancia establecida durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en 1983, celebrado en Tiahuanaco, Bolivia.
Esta jornada tiene como propósito resaltar las valiosas contribuciones de las mujeres indígenas a sus comunidades y a la sociedad en su conjunto. A pesar de la diversidad cultural y geográfica que las caracteriza, las mujeres enfrentan desafíos compartidos que limitan su pleno desarrollo y participación. En Uruguay, a pesar de los progresos en materia de derechos humanos, las mujeres indígenas continúan enfrentando desafíos significativos.

Paula Suri, delegada indígena de Uruguay ante el FILAC (Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe)- y miembro del CONACHA (Consejo de la Nación Charrúa), regresó recientemente de Cartagena de Indias, Colombia. Durante su estancia, participó en diversas reuniones y mesas de trabajo con el objetivo de establecer una agenda colaborativa en preparación para la COP16 sobre Biodiversidad, programada en Cali del 20 de octubre al 1 de noviembre de este año.
Consultada por Ambienta en relación a este Día Internacional de la Mujer Indígena, expresó: “Hoy es un día especial para nosotras. En Colombia estuvimos trabajando junto a otras mujeres de América Latina y del Caribe sobre nuestros derechos. Nosotras, como guardianas y semillas de la Gran Madre Tierra, somos las que transmitimos la cultura”.
La Voz de las Mayoras
En Uruguay, hay un grupo de mujeres mayores a las que se les llama “mayoras”, quienes cuidan y preservan la cultura desde la época de 1830, cuando las mujeres fueron traídas al Cabildo de Montevideo desde Salsipuedes antes de ser repartidas por todo el territorio.
Estas guardianas de la memoria histórica, como Paula Suri del Clan Choñik explica, juegan un papel crucial en la transmisión de la cultura y las tradiciones ancestrales. “Nosotras, las mujeres, somos las guardianas, somos las que transmitimos la cultura. En Uruguay, las mayoras son el pilar de nuestra identidad y resistencia,” subraya Suri.
La situación de las mujeres indígenas en Uruguay plantea una serie de desafíos y particularidades que requieren un análisis detallado. A pesar de que la población indígena en el país es reducida, las mujeres indígenas se enfrentan a una triple discriminación: por su género, por su pertenencia a un pueblo originario y por las condiciones socioeconómicas en las que comúnmente se desenvuelven.

Recuperación de la Identidad y los Derechos
En Uruguay, a pesar de la historia de invisibilización y discriminación hacia los pueblos indígenas, un creciente movimiento de organizaciones trabaja activamente para recuperar su identidad, sus derechos y su lugar en la sociedad. Exigen al Estado uruguayo la reparación tras la masacre de Salsipuedes, que condenó a mujeres y niños/as a la esclavitud y al silenciamiento de sus orígenes y cultura como pueblo originario.
El Consejo de la Nación Charrúa de Uruguay (CONACHA), integrado por cinco organizaciones, es la voz de los pueblos indígenas, haciendo visible su existencia y sus demandas. Trabajan para preservar las lenguas, tradiciones y conocimientos ancestrales, fortaleciendo la identidad y autoestima de los miembros de las comunidades indígenas y luchando por el reconocimiento de sus derechos y la implementación de políticas públicas que los respeten.
Desafíos Actuales y Medioambientales
Históricamente, los pueblos indígenas de Uruguay han sido desplazados de sus territorios ancestrales, lo que ha llevado a la pérdida de sus recursos naturales y culturales. El cambio climático afecta de manera desproporcionada a los pueblos indígenas, cuyas formas de vida dependen estrechamente del equilibrio ecológico. Paula Suri señala: “En Uruguay el gran problema es el agua, se están secando los humedales. También nos preocupan los cultivos transgénicos y le decimos NO a las plantas de celulosa y al metanol”.
Guardianas del Medio Ambiente
Las mujeres indígenas de Uruguay desempeñan un papel crucial en la conservación del medio ambiente. Sus conocimientos tradicionales sobre la gestión de recursos naturales y su profundo vínculo con la tierra son fundamentales para proteger la biodiversidad y combatir el cambio climático.
Desde hace años, las mujeres indígenas del oeste de Montevideo trabajan en la restauración ecológica de la desembocadura del arroyo Pantanoso como paisaje ancestral e indígena, así como en la resignificación, reconstrucción y reaprendizaje de prácticas y saberes que han permanecido a lo largo de la historia en la memoria colectiva de esta comunidad.

Las mujeres integrantes de la Comunidad Charrúa Basquadé Inchalá llevan a cabo el proyecto “Encanto al Arroyo”, con el objetivo de restaurar los bienes naturales y la biodiversidad de uno de los arroyos más importantes de la ciudad de Montevideo. “El arroyo Pantanoso trae consigo la historia del Pueblo Charrúa, que existe y resiste hasta hoy en Uruguay. Pero a causa del plan de genocidio y principalmente por falta de conciencia sobre la importancia y vitalidad del medio ambiente, intentan apagar la historia con el paso de los años”, expresan.
Actualmente, se encuentran abocadas a la realización del “Sendero al Encanto del Arroyo”, un trabajo que implica el co-diseño de un sendero guía por la desembocadura del arroyo Pantanoso y una señalética que permite el reconocimiento del lugar desde la sensibilidad y memoria indígena que guarda ese territorio. La tarea se lleva adelante con la colaboración de varios actores, instituciones y de la sociedad civil.
Voces de Resistencia
Las mujeres indígenas desempeñan una función crucial en la preservación y defensa de la identidad de sus comunidades. Es imperativo que sus diversas voces, que representan la riqueza cultural que encarnan, se escuchen de manera significativa en todos los ámbitos en los que participan, ya sea en el entorno familiar, doméstico, o en los ámbitos político, social, económico y cultural.

Durante siglos, las mujeres han enfrentado diversas formas de violencia y discriminación. En América Latina y el Caribe, las marcadas desigualdades socavan significativamente la autonomía femenina, una problemática que se intensifica para las mujeres indígenas. Es importante destacar que las mujeres, incluidas las mujeres indígenas, no constituyen un grupo minoritario, sino que representan al menos la mitad de la población. Por tanto, las mujeres, incluidas las mujeres indígenas, conforman mayorías significativas.
ONU Mujeres destaca la importancia fundamental de las mujeres indígenas en la preservación de su cultura, idioma y tradiciones. Asimismo, se reconoce el liderazgo y la capacidad de las mujeres indígenas para proteger el medio ambiente, fomentar la biodiversidad y combatir el cambio climático.