El Gran Agujero Azul de Belice es un abismo marino mundialmente famoso. Ha guardado un registro único durante casi 6000 años. Es la historia de las tormentas más devastadoras del Caribe. Ahora, una investigación sin precedentes ha descubierto sus secretos. La conclusión es alarmante: el número de ciclones alcanza niveles nunca antes vistos.
Un equipo de científicos, liderado por Dominik Schmitt, ha analizado este archivo geológico. Extrajeron un núcleo de sedimento de 30 metros de profundidad. Su hallazgo ha dejado a la comunidad científica en shock.
¿Qué es un agujero azul?

Su nombre resulta elocuente. Los blue hole, en inglés, son cavernas o sumideros submarinos. Son formaciones geológicas naturales. Suelen darse en sistemas kársticos como el del Yucatán. Se forman a partir de la disolución de la piedra caliza. Una de sus grandes peculiaridades es que se crean con el flujo del agua marina. Esto ocurre en suelos de roca caliza a lo largo de los siglos.
Y si te interesan estas formaciones, en Ambienta ya contamos el descubrimiento del Taam Ja’, el agujero azul más profundo del mundo.
Ciclones en modo turbo, según el Gran Agujero Azul
Cada capa de sedimento en el fondo del Gran Agujero Azul cuenta una historia. Los científicos identificaron y contaron 694 tormentas. Esto lo hicieron a lo largo de 5700 años. Esta hazaña amplía nuestro conocimiento sobre el clima de la región de manera drástica. Por ejemplo, los registros históricos solo cubren un par de siglos.
El estudio, publicado en Science Advances, confirma que la frecuencia de ciclones ha aumentado de forma constante, pero el verdadero problema es la aceleración reciente. En las últimas dos décadas, el número de eventos ciclónicos ha superado cualquier otro periodo registrado, un claro síntoma de que el clima está cambiando a un ritmo vertiginoso.
«La frecuencia de tormentas ha sido mucho mayor en los últimos 20 años que en los últimos seis milenios», señaló el líder del proyecto.
Un cóctel fatal para el Caribe
¿Qué está impulsando este aumento descontrolado? El principal sospechoso es el calentamiento de los océanos, que se ha intensificado por la actividad humana. Las aguas más cálidas son la energía que alimenta a las tormentas, permitiendo que se formen con más facilidad y ganen fuerza rápidamente.
El estudio también destaca otros factores que empeoran la situación:
- El desplazamiento de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), que está canalizando las tormentas directamente hacia el Caribe.
- La intensificación de los eventos de La Niña, que reduce los vientos que, de otra forma, debilitarían la formación de ciclones.
Si la tendencia continúa, el informe advierte un futuro preocupante. La región podría enfrentar hasta 45 tormentas tropicales y huracanes por siglo. Esta cifra supera ampliamente los promedios históricos.
Este descubrimiento no es solo para climatólogos. Es una llamada de atención para el mundo entero. El Gran Agujero Azul ha hablado. Su mensaje es claro: la era de los huracanes violentos ha llegado para quedarse si no actuamos ahora.