En un mundo donde la conciencia ambiental se ha convertido en un imperativo, la imagen de sostenibilidad se ha transformado en un activo invaluable para las marcas. Sin embargo, la línea entre el compromiso genuino y la mera fachada publicitaria se difumina peligrosamente, dando lugar al fenómeno del greenwashing.

Este término, que describe la práctica de proyectar una imagen ecoamigable sin un respaldo real en acciones concretas, ha generado una ola de controversia en 2023, salpicando la reputación de algunas de las empresas más prominentes del mundo.
El greenwashing, en su esencia, consiste en maquillar la imagen de marketing de una organización para presentarla como ecológicamente responsable, mientras sus prácticas internas contradicen esta narrativa. En 2023, esta discrepancia entre el discurso y la realidad ha desatado una serie de debates y denuncias, poniendo en tela de juicio la autenticidad de los compromisos ambientales de numerosas corporaciones.

Un vistazo a los señalados:
- Apple:
- La presentación del iPhone 15 desató una tormenta de críticas. Su video promocional, que ensalzaba las credenciales ecológicas de la empresa, fue tildado de greenwashing.
- Críticos señalaron la obsolescencia programada de sus productos y su producción masiva en China, un gigante de la contaminación.
- Se les acuso de omitir problemas de derechos humanos y laborales en su cadena de suministro.
- Nike:
- Enfrenta una demanda por su colección «Sustainability», acusada de no cumplir con la promesa de utilizar fibras recicladas.
- Se alega que la colección está compuesta principalmente por materiales sintéticos vírgenes, dañinos para el medio ambiente.
- La demanda exige campañas publicitarias correctivas.
- JBS:
- La mayor productora de carne del mundo, fue denunciada por «engañosos y fraudulentos» bonos verdes.
- Se alega que sus emisiones han aumentado, a pesar de sus bonos de sostenibilidad.
- Se les acusa de excluir las emisiones del Alcance 3, que representan el 97% de su huella climática.
- Toyota:
- Acusada de confundir vehículos híbridos con eléctricos en su marketing.
- Se le critica por promover soluciones consideradas poco realistas, como las baterías de estado sólido.
- Shell:
- Acusada de exagerar su inversión en energías limpias.
- Se alega que gran parte de los recursos de su división de energías renovables se destinan al gas fósil.
- World Coal Association:
- Su cambio de nombre a «FutureCoal: La Alianza Global para el Carbón Sostenible» fue calificado de irónico y un claro ejemplo de greenwashing.
- El carbón es la principal causa del cambio climático.
- Agencia de Aceite de Palma de Indonesia:
- Fue criticada por afirmar que las plantaciones de palma son sumideros de carbono mas eficientes que los bosques naturales.
- Lufthansa:
- Su campaña «Connecting the world. Protecting its future» fue prohibida por hacer afirmaciones engañosas sobre sus esfuerzos ecológicos.
- Austrian Airlines:
- Declarada culpable de publicitar vuelos «amigables con el clima» mediante el uso de biocombustibles.
- S.E.A Aquarium:
- Criticada por promover la conservación oceánica mientras mantiene delfines capturados en cautiverio.
- Petronas:
- Acusada de greenwashing por destacar sus inversiones en energías renovables sin revelar su impacto climático total.
- Australian Petroleum Production & Exploration Association (APPEA):
- Su anuncio sobre el gas natural fue prohibido por hacer afirmaciones engañosas.
- PRISM+:
- Su campaña de aires acondicionados fue retirada por hacer afirmaciones vagas sobre ahorro energético.
- Etihad:
- Enfrenta una queja por publicidad engañosa sobre su impacto ambiental.
- City Energy:
- Acusada de promover calentadores de agua a gas como una opción «ecológica».
- Saudi Aramco:
- Criticada por su campaña de plantación de manglares, considerada una táctica de greenwashing.
- TotalEnergies:
- Demandada por su campaña de «Reinvención», acusada de engañar al público sobre sus planes climáticos.

Estos casos ilustran la creciente preocupación por el greenwashing y la necesidad de una mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de las empresas. A medida que la conciencia ambiental continúa en aumento, los consumidores exigen cada vez más autenticidad y acciones concretas, lo que obliga a las marcas a replantear sus estrategias de comunicación y a asumir un compromiso genuino con la sostenibilidad.

