«Nos vemos como parte de la solución al cambio climático, no solo víctimas», afirma Guidaí Vargas, una mujer indígena de 30 años que dedica su vida a la protección del territorio y la cultura.
Desde temprana edad sintió una profunda conexión con la naturaleza nativa y las problemáticas territoriales. Una pasión que la llevó a recorrer Uruguay y a fortalecer su vínculo con la cultura indígena. A los 17 años, comenzó a participar en las marchas por el agua junto a la Comunidad Charrúa Basquadé Inchalá.
En entrevista con Ambienta, nos habla de los desafíos que enfrenta. Y advierte la necesidad urgente de una educación ambiental que reconecte a la sociedad con los territorios.
Guidaí Vargas: resistencia en el arroyo Pantanoso
A pesar de la contaminación, este arroyo sigue dando vida. ¿Qué te genera esta realidad?
Esa contradicción de la vida creciendo en lo podrido me inspira a continuar luchando. Estos territorios resisten. Son resilientes a las consecuencias de las actividades humanas negativas como la basura y los desechos industriales. Me genera un llamado a la acción para hacer visible esta situación y que más gente empatice con estos espacios, como lo hacen las mujeres indígenas en su lucha por el arroyo Pantanoso.
«El arroyo pantanoso es el resultado de la expansión de una de tantas ciudades que no respeta los cursos de agua ni la diversidad, que allí habita, se impone trayendo muerte a lugares vivos».
Además, me genera reflexiones. ¿Hasta cuándo? ¿Qué sucederá con nosotros si seguimos destruyendo la vida que nos rodea? Somos ese arroyo, somos pantanoso, cuerpo de agua violado mil veces. Pero una parte se mantiene intacta, la esencia de dar vida a pesar de… ese coraje y valentía por preservar la vida somos nosotros también. Somos risas, cariño, compañía y alegría.
Los desafíos del activismo joven
¿Qué desafíos enfrenta como joven para proteger el territorio?
El principal desafío es la falta de participación de los jóvenes en el planeamiento de políticas ambientales. Las leyes no se cumplen o son demasiado suaves. Principalmente para controlar a las empresas de monocultivos, forestales y papeleras en la degradación ambiental.
La falta de educación ambiental representa otro desafío. Hay una gran separación de las personas con los territorios. Esto hace que la sociedad no tome conciencia de los daños.
La migración del campo a la ciudad de los jóvenes es otro desafío. Los territorios, al estar despoblados, son más fáciles de explotar indiscriminadamente. La cultura que se transmite de generación en generación también se va perdiendo con las migraciones.
El balance de la COP 28


Foto: Cortesía de Guidaí Vargas.
¿Cuál es tu balance tras participar en la COP 28?
La COP 28 fue difícil de avanzar. Por momentos nos sentimos frustrados. Es difícil avanzar cuando hay países petroleros que se oponen. Causó mucha indignación que países ricos, que ya tienen una deuda histórica, no se comprometieran. Fue gracias a la presión de las constituyentes de género, juventud, niñez, pueblos indígenas y otras organizaciones sociales que se logró poner en el papel la necesidad mundial de que los países se comprometan en la eliminación gradual de los combustibles fósiles.
«Nos comentábamos entre los jóvenes que parecía ser una COP de empresarios, mientras que a las constituyentes nos preocupa las vidas humanas y los territorios que están en riesgo, muchos gobiernos van a hacer negocios de petróleo, totalmente contradictorio».
Una postura sobre la transición energética


¿Tienes postura sobre la exploración y transición energética que se está desarrollando en América Latina?
Sí, es un tema muy delicado. Los Pueblos indígenas sufren la exploración y/o explotación del litio en sus territorios. Es necesaria una transición energética urgente, pero quienes deben comenzar son los países del norte global. Ellos son los mayores responsables de la crisis climática.
Ven a Latinoamérica como tierra de nadie. Debemos cuestionar: ¿a quiénes beneficiará la energía del hidrógeno verde?, ¿cómo se implementará?, ¿cuál será el riesgo de contaminación?, ¿cómo afectará a la cultura de ese territorio? Toda la información debe estar al servicio de la población.
Para profundizar en este tema, puedes escuchar el podcast de Ambienta sobre la transición energética.
Guidaí Vargas: la voz de los jóvenes es escuchada

¿Tu voz y la de otros jóvenes es escuchada en Uruguay?
Creo que de a poco se está escuchando, aunque aún falta mucho. Hay una especie de desvalorización del pensamiento de los jóvenes por la falta de experiencia. Ahora que estoy entrando a otra etapa, considero imprescindible la mirada de los jóvenes. Es importante valorar la curiosidad, el entusiasmo y la energía que caracteriza esta etapa. Es necesario que esa fe en querer cambiar las cosas no se opaque por la mirada adulta de resignación.
La entrevista completa, con más detalles sobre su visión y proyectos, se puede leer y descargar de forma gratuita en la edición de junio de la revista Ambienta.