El cambio climático ha llevado a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos a sugerir una estrategia innovadora: deshidratar la estratosfera. Este enfoque busca enfriar el planeta y contrarrestar el aumento de temperaturas, mitigando así los efectos nocivos del calentamiento global.
A pesar de que las emisiones de dióxido de carbono derivadas de la actividad humana son el factor más importante en el fenómeno del cambio climático, el vapor de agua es el gas de efecto invernadero más común. Este último contribuye aproximadamente a la mitad del efecto invernadero natural de la Tierra, lo cual es fundamental para preservar la habitabilidad de nuestro planeta.
La propuesta consiste en reducir parte del vapor de agua presente en la atmósfera, y la estrategia asociada se denomina «deshidratación estratosférica intencional». Consiste en dispersar pequeñas partículas de núcleos de hielo en las áreas más húmedas de la estratosfera, estimulando así la formación de hielo que podría precipitarse al suelo en forma de granizo.
El vapor de agua puro no se cristaliza fácilmente en hielo. Por lo tanto, se propone sembrar una semilla, como una partícula de polvo, para facilitar la formación de hielo.
Joshua Schwarz, físico investigador del Laboratorio de Ciencias Químicas de la NOAA y autor de la idea.
El estudio, divulgado en la revista Science Advances, sugiere esparcir diminutas partículas, llamadas núcleos de hielo, en zonas de gran altitud en la atmósfera que son extremadamente frías y tienen un exceso de vapor de agua. Estos núcleos de hielo buscan aumentar la generación de cristales de hielo que de otra forma no se formarían.
Si logramos introducir estas semillas en masas de aire sobresaturadas que se dirigen hacia la estratosfera, entonces parte del vapor de agua presente en ese aire se condensará en forma de hielo y caerá al suelo, eliminando así el exceso de vapor de agua y deshidratando, al menos parcialmente, la estratosfera».
La viabilidad de esta estrategia para combatir el cambio climático está lejos de ser una realidad, principalmente porque la tecnología requerida para revertir el calentamiento global todavía no está disponible. La organización misma reconoce que deshidratar la estratosfera ayudaría a enfriar el planeta «solo en un pequeño grado». Schwarz destacó que este plan, de forma individual, no sería suficiente para contrarrestar una gran parte del calentamiento provocado por el CO₂.
Sin embargo, la «deshidratación estratosférica intencional» podría ser útil como parte de un conjunto más amplio de intervenciones climáticas y estrategias de mitigación. Todas las técnicas investigadas, como la inyección de aerosoles estratosféricos y la modificación de nubes marinas, tienen aspectos positivos y negativos, además de distintos períodos de efectividad. Estos elementos son fundamentales para evaluar si un enfoque merece un análisis más detallado.

