Un reciente conversatorio organizado por la Alianza Uruguaya por el Agua (AUA) exploró los desafíos y oportunidades en la gestión del agua en Uruguay, destacando la necesidad de fortalecer la cooperación público-privada y apostar por la innovación tecnológica para garantizar la sostenibilidad hídrica.
El evento, titulado “Desafíos en la gestión pública del agua”, contó con la participación de destacados especialistas, entre ellos Teresa Sastre, directora Nacional de Aguas, y Nicolás Rezzano, experto en Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Innovación tecnológica como pilar estratégico
Durante su intervención, Nicolás Rezzano subrayó que Uruguay enfrenta retos significativos en la gestión de los recursos hídricos, exacerbados por fenómenos climáticos extremos como sequías e inundaciones. Según explicó, herramientas como la inteligencia artificial y los datos satelitales pueden optimizar la detección de pérdidas y mejorar la eficiencia en el uso del recurso.
“Es necesario abordar la gestión del agua desde múltiples dimensiones, considerando eventos extremos, como las recientes sequías e inundaciones urbanas, la calidad del agua potable, el saneamiento y la preservación de los recursos hídricos, entre otros”, afirmó Rezzano.

El especialista también destacó el valor de las alianzas público-privadas como motor para sumar recursos y conocimientos del sector privado, reforzando así las capacidades estatales. Asimismo, señaló la importancia de mejorar el acceso a la información y promover decisiones basadas en evidencia, pues la falta de datos confiables limita la participación ciudadana en temas críticos.
Modernización legislativa y visión sostenible
Por su parte, Teresa Sastre enfatizó la urgencia de modernizar el Código de Aguas, vigente desde 1978, para adaptarlo a los desafíos contemporáneos y las nuevas tecnologías. Según la jerarca, la actualización de este marco normativo es esencial para una gestión hídrica eficiente y sostenible.
Sastre presentó los cinco ejes estratégicos que orientan la política hídrica del actual gobierno uruguayo: uso eficiente y sostenible del agua; seguridad hídrica con equidad social; gestión de riesgos climáticos; fomento a la ciencia, tecnología y transparencia; y fortalecimiento de la descentralización para la toma de decisiones participativa.

Un cambio de paradigma en la gestión del agua
En su análisis, Sastre reconoció que Uruguay enfrenta un punto de inflexión en su gestión hídrica, marcado por la percepción histórica de abundancia del recurso, contrastada con los recientes eventos climáticos y el deterioro de la calidad de los cursos de agua.
“El deterioro de los recursos superficiales y la necesidad de investigar más sobre los subterráneos evidencian la urgencia de invertir en gestión y tecnología”, destacó. Además, subrayó el rol del sector privado no solo como usuario, sino como proveedor de soluciones tecnológicas, e insistió en fortalecer las comisiones de cuenca como espacios de diálogo y construcción de consensos.
Proyectos futuros e incentivos económicos
Finalmente, Sastre hizo referencia a los proyectos de hidrógeno verde en evaluación, destacando que su desarrollo requerirá una estrategia coordinada a nivel ministerial para garantizar el uso sostenible del agua en esta naciente industria.
Asimismo, mencionó que el gobierno trabaja en la actualización del decreto sobre reutilización de agua y en la implementación de nuevas tecnologías para el monitoreo y fiscalización. “Es fundamental generar incentivos para incorporar al privado en el diálogo sobre el agua en proyectos puntuales y apuntalar el traspaso de información”, concluyó la directora.
Con un enfoque integral y colaborativo, el conversatorio de la AUA dejó claro que Uruguay necesita innovar y establecer alianzas sólidas para enfrentar los complejos desafíos que plantea la gestión del agua en el siglo XXI.