La revolución tecnológica que impulsa la inteligencia artificial (IA) está marcando un antes y un después en América Latina y el Caribe (ALC), pero también plantea desafíos significativos en términos energéticos.
Según un informe elaborado por la OLADE -Organización Latinoamericana de Energía-, para el año 2035, el uso de la IA representará el 5% del consumo eléctrico total de la región, equivalente a un asombroso volumen de más de 120 teravatios hora (TWh) anuales.
En la actualidad, la región alberga 455 centros de procesamiento de datos dedicados a aplicaciones de IA. Cada uno de estos centros consume, en promedio, 50 gigavatios hora (GWh) por año, una estimación basada en patrones globales. Esto se traduce en que, solo en 2023, estas instalaciones ya representaban aproximadamente el 1,6% del consumo energético total en América Latina y el Caribe. Este porcentaje es apenas el inicio de un crecimiento sostenido que demandará recursos sin precedentes en los próximos años.

A nivel global, países como Estados Unidos y China lideran el consumo energético relacionado con la IA. En Estados Unidos, se estima que los centros de datos dedicados a esta tecnología podrían alcanzar un consumo de hasta 325 TWh para 2028. Por su parte, China se ha destacado por el desarrollo de centros de datos alimentados por energía hidroeléctrica, priorizando la sostenibilidad.
Sin embargo, en América Latina y el Caribe, aún no se dispone de cifras detalladas por país. No obstante, el crecimiento proyectado indica que la región en su conjunto enfrentará un incremento significativo en su demanda energética debido a la expansión de la IA y su uso intensivo en diversas industrias.
Ante este panorama, Andrés Rebolledo, Secretario Ejecutivo de OLADE, enfatiza que el avance digital debe estar acompañado de una planificación energética responsable. «La IA tiene el potencial de competir por recursos energéticos con sectores vitales como el residencial, industrial y de transporte. La sostenibilidad debe ser el eje de esta transición», subrayó.

Las proyecciones globales apuntan a un crecimiento del 165% en el número de centros de datos entre 2023 y 2030, con una tasa anual del 15%. Si la región sigue esta tendencia, enfrentará desafíos complejos relacionados no solo con la capacidad de generación eléctrica, sino también con la sostenibilidad de los sistemas. Esto incluye tanto el entrenamiento y operación de algoritmos de IA como los sofisticados sistemas de enfriamiento necesarios para garantizar su funcionamiento.
OLADE sostiene que frente al auge exponencial de los datos y la expansión de la IA generativa, se vuelve imperativo que los países del ALC fortalezcan sus marcos regulatorios, adopten estrategias para maximizar la eficiencia energética de sus centros de datos y redoblen su apuesta por fuentes renovables, y medidas que mitiguen el impacto ambiental asociado a este crecimiento acelerado.

