Nega Pataxó (María da Fátima Muniz de Andrade), hermana del cacique Nailton Muniz, el líder de la etnia Pataxó-hã-hã-hãe en la región, fue la lideresa indígena asesinada el pasado 21 de enero a mano de ruralistas (comerciantes y empresarios del sector agrícola).
Los terratenientes querían recuperar las tierras de una hacienda del municipio de Potiraguá, en el estado de Bahía, que había sido ocupada el 20 de enero por indígenas que lo reivindican como territorio ancestral. Es una disputa que está hace años en los tribunales.
Los «agricultores y comerciantes» convocados «cercaron» el domingo «un área con decenas de camionetas» e intentaron recuperar el territorio atacando a tiros a los indígenas, según nota del ministerio de los Pueblos Indígenas.
La ministra de los Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara, quien viajó el lunes 22 de enero con una comitiva a la zona, repudió el «ataque cobarde» y aseguró que seguirá «firme en la búsqueda de justicia y paz» para los pueblos originarios.
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, un declarado defensor de las causas indigenistas, ha demarcado ocho nuevas reservas desde el inicio de su tercer mandato.
Según datos de la Funai, ente gubernamental de defensa de las poblaciones originarias, las reservas ocupan 13,75% del territorio del país. Especialistas consideran que las reservas indígenas son barreras contra la deforestación y, por lo tanto, claves en la lucha contra el calentamiento global.
El presidente de Brasil, tiene un enorme trabajo por delante: defender a los pueblos originarios y la selva amazónica, y poner un freno al agronegocio y la minería que no dan tregua.

