Por Diego Ballestero Fernández, The Conversation
Los Juegos Olímpicos de París 2024 acogerán a 15.000 deportistas, entrenadores y personalidades. Uno de los objetivos de los organizadores es reducir la huella de carbono durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en los que se emitieron 2,73 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) , más que todo el país de Montenegro en un año.
El objetivo de París es emitir 1,5 millones de toneladas de CO₂ y tomar medidas para compensar estas emisiones en todo el mundo. Estas medidas pretenden garantizar que el evento compense más emisiones de las que genera.

¿Cómo se calcula el tono del carbono?
Para evaluar el impacto medioambiental de los Juegos de París se utilizó dióxido de carbono. Este indicador implica conocer todas las acciones que tienen un impacto ambiental, como el consumo eléctrico. Una vez conocidas, existe una equivalencia de todas estas acciones en kilogramos de CO₂ emitidos a la atmósfera.
Existen varios métodos para calcular el contenido de carbono. Probablemente el de mayor importancia sea el Protocolo del Invernadero, donde se pueden encontrar tanto procedimientos como herramientas para el cálculo online.

Las medidas que se aplicarán en París 2024
Los Juegos de París están aplicando un punto de vista innovador a la hora de evaluar sus emisiones de CO₂. Este esfuerzo ha requerido una planificación que se lleva realizando desde 2021. Los pasos comunes que implica el cálculo de las emisiones de carbono (evitar los procesos de mayor impacto, reducir los existentes y compensar las emisiones) han sido uno de los pasos más largos.

En cuanto a medidas concretas, la más innovadora consiste en establecer una estimación de 1,5 millones de toneladas de CO₂ a consumir durante todo el evento. La cuestión de fondo es si utilizamos los kilogramos de CO₂ como moneda que paga por adelantado cada actividad relacionada con los Juegos Olímpicos.
Además, están en marcha las siguientes iniciativas :
- El 95% de las construcciones son temporales o existían anteriormente. Si se utilizan materiales con bajo contenido en carbono, son reciclables.
- La energía utilizada proviene de fuentes renovables que no representan emisiones de CO₂.
- La alimentación durante el evento fomentará el consumo de productos casi sostenibles, evitando las emisiones relacionadas con el transporte.
- El transporte es, sin duda, una de las mayores fuentes de emisiones. Para evitarlos se han optimizado las rutas de transporte, se han establecido tarifas especiales para el transporte público y se ofrecerá un vehículo eléctrico o una bicicleta alternativa siempre que sea posible.

- Las emisiones se compensarán con proyectos en los cinco continentes centrados, por ejemplo, en la conservación y restauración de los bosques como sumideros de CO₂.
- A la hora de movilizar a la ciudadanía se ha utilizado una innovadora metodología de cálculo de emisiones de carbono que pretende ser un ejemplo para futuros eventos. Mediante un asistente virtual, el Climate Coach , asesorará a empleados y voluntarios para minimizar su impacto en el medio ambiente. Además, se movilizarán socios y patrocinadores para evitar y compensar el 100% de sus emisiones.
Ventajas de este nuevo enfoque
En esta nueva metodología hay cambios fundamentales. Por un lado, la fijación de una cantidad de emisiones de CO₂. Este punto de vista nos permite poner límites a los procesos y desarrollo de infraestructuras y ser más conscientes de las consecuencias de nuestras acciones.
Por otro lado, el objetivo de ser un evento de magnitud global que compense las mayores emisiones que genera convierte a los Juegos Olímpicos de París en un ejemplo a seguir para la organización de eventos de todo tipo, sin olvidar que siempre se puede mejorar. Ahora veremos si todo se vende según lo previsto y se cumplen los ambiciosos objetivos marcados por la organización en materia medioambiental.
Este artículo se publicó originalmente en The Conversation