El 19 de diciembre de 2023, un grupo de 35 vecinos del balneario Costa Azul, ubicado en el departamento de Rocha, presentó una demanda civil contra la Intendencia de Rocha y el Ministerio de Ambiente. La razón de esta acción legal es una obra de enrocado realizada en la franja costera del balneario, que según los demandantes, no solo afecta el acceso a la playa, sino que también pone en riesgo el ecosistema local.
Los vecinos argumentan que la obra, que se llevó a cabo entre 2022 y 2023 y costó aproximadamente un millón de dólares, no busca recuperar la playa ni proteger el medio ambiente, sino que sirve para proteger las propiedades privadas de quienes han invadido el espacio público. En su demanda, los residentes solicitaban que la Justicia instara a la Intendencia de Rocha a detener el avance de las construcciones en la primera línea de la costa.

Recientemente, el juez Darwin Rampoldi Robaina falló a favor de los vecinos, ordenando a la Intendencia que presente documentación sobre posibles invasiones de espacios públicos y que detenga la colocación de cercas y otros obstáculos en las dunas. Además, se requiere que se prohíba el tránsito vehicular en áreas donde debería haber acceso público.
El enrocado es de 1 kilómetro de largo y entre 2 y 3 metros de ancho, y tuvo un costo aproximado de 1 millón de dólares. La obra sobre la franja costera fue realizada entre 2022 y 2023.
Los vecinos expresan su preocupación por la falta de consulta previa antes de la realización de estas obras, que consideran perjudiciales tanto para el ambiente como para el uso recreativo del espacio costero.

Los problemas de erosión costera son una realidad en Costa Azul. Investigaciones recientes señalan que las construcciones en áreas no autorizadas han contribuido a la vulnerabilidad del balneario frente a eventos climáticos y al deterioro de la playa.
El juez Darwin Rampoldi ordenó a la comuna departamental retirar “alambrados, cercos, piedras, quintas y jardines” en las dunas de dominio público.
La situación es aún más alarmante considerando que la normativa vigente sobre el uso del suelo en la zona es obsoleta y no se ha actualizado desde hace varias décadas.
Al respecto, el Intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, defiende la obra, asegurando que cumple con todos los requisitos legales y ha logrado mejorar la retención de arena en la playa.

Sin embargo, los vecinos insisten en que la falta de un plan de ordenamiento territorial adecuado ha permitido que se realicen construcciones en áreas sensibles, lo que pone en riesgo el atractivo turístico del balneario y la seguridad de sus habitantes.
La demanda no solo busca detener las obras actuales, sino también establecer un plan de ordenamiento ambiental que regule el uso del espacio costero, garantizando así la conservación y el acceso público a la playa.
Un enrocado es una construcción realizada con rocas o piedras, generalmente grandes, que se colocan en la orilla de un cuerpo de agua para protegerla de la erosión causada por las olas y las corrientes marinas.
Los problemas de erosión costera.
El balneario Costa Azul se destaca como uno de los más impactados por los problemas de erosión costera en el país, según se indica en la tesis titulada «Protección contra la Erosión Costera en Costa Azul».
“Las consecuencias se observan en el deterioro y destrucción tanto de las viviendas de la primera línea de la costa como de las protecciones individuales implementadas. La situación ha conducido a una percepción de riesgo de erosión costera alta y a una degradación de la playa, lo cual repercute en el atractivo turístico de este balneario rochense”, señala el trabajo de fin de carrera de Ingeniería Civil de la Facultad de Ingeniería.
Según se concluye en el trabajo realizado en abril de 2023 y citado en la demanda, “el problema específico en Costa Azul se origina en la presencia de construcciones sobre el arco dunar, lo cual, junto con el reducido ancho de la playa, hace que el balneario sea más vulnerable al comportamiento oscilatorio de la línea de costa y a eventos de tormenta”.
Un informe emitido por el Ministerio de Ambiente en junio de 2020 señala que la dinámica natural de la costa ha erosionado las geoformas existentes, provocando el colapso de antiguos muros y estructuras de protección, así como de las actuales.
Ante esta situación de deterioro de las infraestructuras costeras, los propietarios han llevado a cabo diversos intentos de salvaguarda, los cuales generalmente consisten en un cordón discontinuo de rocas, dispuesto en diferentes momentos y con características y dimensiones variadas.
En algunos casos, se han intercalado muros de mampostería o empalizadas de madera. Casi la totalidad de estas obras se ha realizado en contravención de la normativa vigente, sin la debida autorización del Ministerio de Ambiente.