Con la intención de frenar el deterioro que sufren los humedales en la actualidad, Global Nature y otras 13 organizaciones de la red internacional Living Lakes se han embarcado en un ambicioso proyecto de cooperación.
El propósito es mejorar la conservación de grandes masas de agua en el mundo. Se trata de un esfuerzo global que protegerá el clima y restaurará 13 lagos en 10 países.
Biodiversidad y Clima «engloba a países de tres continentes para luchar contra el cambio climático y garantizar la salud y uso sostenible de uno de los ecosistemas más amenazados del planeta». señala Amanda Del Río, directora adjunta de la Fundación Global Nature.
En este proyecto participan humedales de África, Asia y América que representan culturas, vidas y realidades muy diferentes.

Unos figuran entre las reservas de agua dulce más importantes del planeta, como el lago Malaui; otros se sitúan a nivel del mar, como la laguna de Bay en Filipinas; y otros se encuentran a casi 4.000 metros de altura, como el lago Titicaca en la frontera de Perú y Bolivia.
Estamos trabajando en proyectos que nos ayudan a entender cómo utilizar los humedales de forma inteligente, sin destruirlos. Necesitamos su agua, necesitamos la pesca, necesitamos el turismo. Y todo eso se puede hacer de forma compatible con su conservación”.
Amanda del Río, directora adjunta de Fundación Global Nature.

Foto tomada de livinglakesorg
Objetivos del proyecto
El objetivo principal es avanzar junto a gobiernos, comunidades locales, conservacionistas, científicos y ONG, tanto a escala local como global, en el desarrollo de buenas prácticas en la gestión de lagos, como un elemento esencial para la conservación de la biodiversidad y la protección del clima.
El programa cuenta con el apoyo de Living Lakes y la financiación del Ministerio alemán de Medio Ambiente a través de la Iniciativa Internacional sobre el Clima (IKI).
Los 10 países donde se lleva a cabo el proyecto son: Camboya, Colombia, India, Malaui, México, Perú, Filipinas, Ruanda, Sudáfrica y Sri Lanka.
La iniciativa, concretamente, se centra en el desarrollo de medidas para reducir el impacto de la agricultura, la pesca y otras actividades productivas en la conservación de los lagos y humedales y se enmarca dentro del Decenio de la Restauración Ecológica de Naciones Unidas.
Se calcula que a lo largo del último siglo se han perdido hasta el 60 % de estos espacios naturales de vital importancia, según el comunicado de Global Nature.