La afirmación de que 9 de cada 10 personas respiran aire no saludable es extremadamente preocupante y refleja una situación alarmante sobre la calidad del aire a nivel mundial. Por lo tanto, urge la necesidad de implementar medidas que reduzcan la contaminación atmosférica.
La contaminación del aire no afecta a todas las personas por igual. Existe una clara correlación entre la exposición a niveles elevados de contaminantes atmosféricos y factores socioeconómicos, demográficos y geográficos.

Las personas expuestas a niveles elevados de contaminación tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer. Los niños y las niñas, las personas ancianas y las personas con enfermedades preexistentes son especialmente vulnerables.
Uruguay, a pesar de ser un país relativamente pequeño y con una alta calidad de vida en comparación con otros países de la región, no escapa a las problemáticas globales de la desigualdad y la contaminación del aire.
Al igual que en muchas otras ciudades del mundo, Montevideo concentra una gran parte de la población y de la actividad económica. Esto genera un mayor flujo vehicular, lo que a su vez incrementa la emisión de gases contaminantes.
Respiramos un aire desigual, también en Uruguay
El país, si bien no enfrenta los mismos niveles de contaminación que otras ciudades importantes de la región, como es el caso de Santiago de Chile, la preocupación surgida por la calidad del aire en ciertas zonas urbanas, particularmente en Montevideo, es innegable.

El aire que respiramos en la capital de Uruguay
Según los datos de la Intendencia de Montevideo, la ciudad cuenta con una red de monitoreo de la calidad del aire que permite evaluar los niveles de contaminantes como el material particulado (PM2.5 y PM10), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono (O3).
Aunque en general la calidad del aire en Montevideo es aceptable, en determinadas épocas del año y en zonas con alto tráfico vehicular se pueden registrar niveles elevados de contaminantes, especialmente de material particulado.
Los niveles promedio de PM2.5, las partículas más finas y peligrosas para la salud, en Montevideo suelen estar por debajo de los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero en ocasiones se han registrado picos que superan estos valores. Estas partículas pueden penetrar profundamente en los pulmones y causar una variedad de problemas de salud, desde enfermedades respiratorias hasta enfermedades cardiovasculares.

Más allá de la ciudad
Si bien Montevideo concentra la mayor parte de la población y, por ende, de las fuentes de contaminación, la calidad del aire en otras zonas del país también puede verse afectada. En particular, en zonas rurales, la quema de pastizales o de biomasa para la agricultura, contribuye significativamente a la contaminación del aire. Esta práctica libera grandes cantidades de partículas y gases contaminantes a la atmósfera, afectando la salud de las poblaciones rurales y contribuyendo al cambio climático.
Un presente y un futuro más limpio
Afortunadamente, en Uruguay existen diversas iniciativas que buscan mejorar la calidad del aire. Se están promoviendo políticas públicas que fomenten el uso de energías renovables, el transporte sostenible y la protección de los espacios verdes. Además, algunas empresas y municipios han implementado programas de reducción de emisiones y de promoción de la movilidad sostenible.