El Acuífero Guaraní es uno de los más grandes del mundo, y es vital para el abastecimiento de agua de las millones de personas que habitan en la región.
En un evento que representa un hito en la gestión de recursos hídricos en América Latina, se llevó a cabo el pasado 23 de setiembre la primera reunión de la Comisión del Acuífero Guaraní, en el contexto de la 10ª Bienal de Aguas Internacionales, celebrada en Punta del Este y organizada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
La creación de esta comisión tiene como objetivo primordial coordinar la cooperación entre los cuatro países para la conservación y el uso sostenible de los recursos hídricos del Acuífero Guaraní, una de las reservas subterráneas de agua dulce más grandes del mundo, con aproximadamente 30.000 kilómetros cúbicos.
Este acuerdo histórico, que une a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, se establece como el primer tratado regional sobre un acuífero compartido.

Este recurso vital es fundamental no solo para millones de personas que dependen de él para satisfacer sus necesidades domésticas, agrícolas, industriales y turísticas, sino que también posee el potencial de convertirse en una fuente significativa de energía térmica.
En términos de distribución, el Acuífero Guaraní abarca una extensa área, con aproximadamente el 71% de su superficie ubicada en Brasil, el 19% en Argentina, el 6% en Paraguay y el 4% en Uruguay. Esta distribución subraya la relevancia de la cooperación internacional en la gestión sostenible de un recurso que, por su naturaleza, es compartido.

El acuerdo reconoce la soberanía de cada país sobre su porción del acuífero, estableciendo medidas claras para evitar daños tanto entre los estados como al ambiente. Este enfoque colaborativo pone de manifiesto la importancia de la gestión conjunta de recursos hídricos, posicionando a la región como un líder en la conservación ambiental.
Desde una perspectiva de sostenibilidad, el Acuífero Guaraní enfrenta múltiples amenazas que comprometen su integridad. La sobreexplotación de recursos hídricos, la contaminación derivada de actividades agrícolas e industriales, así como el cambio climático, representan algunas de las principales preocupaciones.
La deforestación en las zonas circundantes ha contribuido a la disminución de la calidad del agua y a la alteración de los ecosistemas locales. Por lo tanto, la creación de esta Comisión es un paso fundamental para abordar estas amenazas y desarrollar soluciones efectivas.

La Comisión no solo se compromete al intercambio de información y buenas prácticas, sino que también se centrará en el desarrollo de proyectos destinados a promover la sostenibilidad de estos ecosistemas subterráneos.
Las iniciativas derivadas de esta colaboración no solo tienen como objetivo la protección del acuífero, sino que también buscan impulsar el desarrollo económico y mejorar el bienestar social de las comunidades que dependen de este recurso esencial.
Con este acuerdo, los países involucrados dan un paso significativo hacia la protección de sus recursos hídricos y hacia la promoción de un futuro más sostenible. La primera reunión de la Comisión del Acuífero Guaraní no solo sienta las bases para una gestión más efectiva de este invaluable recurso, sino que también inspira a otras regiones del mundo a seguir su ejemplo en la lucha por la conservación del agua.