El pingüino de ojos amarillos, o hoiho, es un tesoro natural de Nueva Zelanda, amenazado por la pérdida de hábitat, la depredación y el cambio climático. Su canto distintivo y su comportamiento tímido lo convierten en una especie fascinante, pero también vulnerable.
Los esfuerzos de conservación, liderados por el Yellow-eyed Penguin Trust, buscan proteger a esta ave marina y garantizar su supervivencia a largo plazo.

Se distribuye en poblaciones aisladas al norte y al sur del país. Según Oceanwide Expeditions, podría ser la especie de pingüino más antigua del planeta. Sin embargo, a pesar de su larga historia evolutiva, el hoiho se enfrenta a un preocupante declive poblacional.
Actualmente figuran dentro de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una especie en peligro de extinción.
Las amenazas que pesan sobre el pingüino hoiho son un reflejo de los problemas ambientales a escala global. En tierra, las actividades humanas directas, como la caza y la destrucción de hábitat, han tenido un impacto devastador. En el mar, fenómenos como el cambio climático y la acidificación de los océanos están alterando los ecosistemas marinos y poniendo en peligro la supervivencia de esta especie.

Los pingüinos hoiho, considerados verdaderos ‘centinelas del océano’, brindan información invaluable sobre la salud de los mares. Su sensibilidad a factores como la contaminación, la sobrepesca y el cambio climático los convierte en indicadores clave de los impactos humanos en los ecosistemas marinos.

