Una expedición científica, que comenzó el 23 de julio, está marcando un hito para la ciencia marina en Argentina. La campaña «Talud Continental IV» es el resultado de una colaboración histórica entre el Conicet y el prestigioso Schmidt Ocean Institute, que ha proporcionado su buque de investigación, el R/V Falkor (too).
Esta misión está desvelando un mundo previamente inexplorado en el cañón submarino de Mar del Plata, una imponente formación geológica que se precipita a más de 3.500 metros de profundidad frente a las costas de la provincia de Buenos Aires.
Esta zona es de vital importancia porque es el punto de encuentro de la corriente cálida de Brasil y la fría de las Malvinas, creando un ecosistema que se revela como una frontera biogeográfica clave y un verdadero hotspot de biodiversidad, comparable a los grandes cañones marinos del mundo.

Por primera vez, el Schmidt Ocean Institute ha confiado el liderazgo científico de una de sus misiones a un equipo argentino, que no solo está llevando a cabo investigaciones de vanguardia, sino que también está transmitiendo en vivo desde el lecho marino. Esto ha permitido democratizar el acceso al conocimiento científico y captar la atención del público.
Las impresionantes imágenes que se están difundiendo desde las profundidades del océano, mostrando corales de aguas frías, estrellas de mar, crustáceos y peces abisales, han generado un gran interés en las redes sociales.

La divulgación científica es un pilar fundamental de esta campaña. Además de las transmisiones en directo, la audiencia ha demostrado su entusiasmo de manera interactiva, «bautizando» a algunas de las especies avistadas. Por ejemplo, a una Benthodytes violeta la llamaron «Batatita», y a una estrella de mar, «la estrella culona» o «Patricio Estrella».
Esta inmersión en la vida submarina en tiempo real, que ha superado las 100.000 reproducciones, no tiene precedentes. La expedición se transmitirá en vivo hasta el 10 de agosto por el canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute en este enlace y permite que cualquier persona observe en tiempo real lo que ocurre a casi 4.000 metros de profundidad.

