Entre el 13 de noviembre y el 3 de diciembre, Uruguay será el centro de una expedición científica internacional. El objetivo: rastrear el origen de la vida compleja en la Tierra. El foco está en las arqueas Asgard, microorganismos clave en la evolución.
La campaña se llama Buscando a nuestros ancestros microbianos. Participarán científicos de ocho países, incluyendo Austria, Canadá y México. Combinarán análisis genético, imágenes submarinas y registros sonoros inéditos.
Arqueas Asgard: el microbio que nos dio origen
Las arqueas Asgard incluyen a las arqueas Loki. Fueron descubiertas hace apenas diez años. La ciencia cree que son clave para entender cómo surgieron las células eucariotas. Estas células son la base de plantas, animales y humanos.
La hipótesis principal sugiere que la vida compleja nació de la unión entre una arquea y una bacteria. A este evento se lo conoce como el “Abrazo” que dio origen a la vida. Hoy, el objetivo es documentar esa interacción. Ya se han detectado filamentos de arqueas rodeando bacterias en los sedimentos.

“Buscamos un grupo de microorganismos que, hace miles de millones de años, dio origen al árbol de la vida. Se cree que la asociación entre una arquea y una bacteria permitió el surgimiento de células más complejas”, explicó la coordinadora científica, Cecilia Alonso.
Uruguay: punto de partida estratégico
Uruguay fue elegido por sus condiciones oceanográficas únicas. La confluencia de la corriente de Brasil, la de Malvinas y el Río de la Plata crea un ambiente marino de alta productividad. Es ideal para estudiar procesos que anticipan cambios oceánicos globales.
El país ya mostró indicios prometedores. El observatorio SAMO detectó secuencias genéticas de estas arqueas en dos muestreos. Esto eleva las probabilidades de éxito de la expedición.
Ciencia, conservación y educación
La campaña se realizará a bordo del buque Falkor (too), un laboratorio flotante de última generación. Este navío ya exploró las aguas uruguayas durante la campaña Uruguay SUB200. El equipo usará el vehículo submarino ROV SuBastian, capaz de operar hasta 4.500 metros de profundidad. Recolectarán muestras biológicas y geológicas.

Foto Schmidt Ocean Institute
También harán secuenciación de ADN en tiempo real. Esta técnica permite tomar decisiones tácticas durante la navegación. Además, grabarán sonidos inéditos del océano y de mamíferos marinos con un hidrófono. Esto sumará una dimensión acústica a la investigación.
La expedición recorrerá zonas prioritarias definidas por el Ministerio de Ambiente. Los datos sobre el ciclo del carbono y la biodiversidad serán clave para crear o ampliar áreas marinas protegidas.
La misión también tiene un fuerte componente educativo. Se harán videollamadas con escuelas y liceos de Rocha y San José. Así, se conectará la ciencia con la comunidad.

