Un estudio llevado a cabo en bosques de Brasil, Panamá, Suecia e Inglaterra ha revelado un hallazgo significativo: los árboles no solo funcionan como sumideros de dióxido de carbono (CO₂), sino que también poseen la capacidad de absorber metano (CH₄), un gas de efecto invernadero especialmente potente. Esta investigación, en la que el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) de Cataluña (España) desempeñó un papel destacado, agrega un nuevo aspecto a la relevancia de los bosques en la preservación del medioambiente.
Los árboles en la mitigación climática
El metano, aunque menos abundante que el dióxido de carbono en la atmósfera, es mucho más eficaz para atrapar el calor, siendo unas 25 veces más potente a lo largo de un período de 100 años. Las fuentes de metano incluyen actividades humanas como la agricultura y la industria, así como fuentes naturales como los humedales.
Las investigaciones recientes han revelado que ciertos árboles, particularmente aquellos en áreas como humedales y bosques tropicales, tienen la capacidad de absorber metano a través de sus raíces y corteza. Este proceso de absorción es facilitado por microorganismos presentes en el suelo y en las raíces de los árboles, que convierten el metano en dióxido de carbono y agua mediante un proceso biológico conocido como metanotrofía.

El proceso de metanotrofía
Los metanotrofos son bacterias que consumen metano como su fuente de carbono y energía. Estos microorganismos viven en simbiosis con las raíces de los árboles, estableciendo una relación beneficiosa que permite a los árboles absorber metano del suelo y la atmósfera.
Los estudios han demostrado que los bosques tropicales y los humedales, en particular, son zonas extremadamente eficaces para esta absorción de metano. La humedad y la diversidad biológica de estos ecosistemas proporcionan un entorno ideal para los metanotrofos, potenciando su capacidad para reducir las concentraciones de metano en la atmósfera.

Implicaciones globales para la lucha contra el cambio climático
Este descubrimiento tiene profundas implicaciones para las estrategias de mitigación del cambio climático. Hasta ahora, los esfuerzos se han centrado principalmente en la reducción de emisiones de CO₂ y en la conservación de los bosques para su capacidad de almacenamiento de carbono. Sin embargo, con esta nueva evidencia, los bosques pueden desempeñar un papel aún más integral al actuar como sumideros de metano.
La protección y restauración de los bosques, especialmente en regiones tropicales y de humedales, se vuelve aún más crucial. Estos ecosistemas no solo almacenan carbono, sino que también ayudan a reducir las concentraciones de metano, proporcionando un doble beneficio en la lucha contra el calentamiento global.

Hacia nuevas estrategias de conservación
El descubrimiento de la capacidad de los árboles para absorber metano podría inspirar nuevas estrategias en la gestión forestal y la conservación. Proyectos de reforestación y restauración de humedales podrían recibir un impulso adicional, no solo por su capacidad para almacenar carbono, sino también por su potencial para reducir el metano atmosférico.