Atenea Colectivo Films: la travesía detrás de cámaras
En el pastizal de Arerunguá, el equipo de Atenea Colectivo Films enfrentó un gran desafío. La meta era documentar la vida del esquivo ñandú en su hábitat natural. Para Exequiel Caldas, el reto no solo era el ave arisca, sino integrar una narrativa dentro de un ecosistema sin alterar su comportamiento. «En Hábitat, los protagonistas no son solo individuos, sino piezas de una historia más grande», explica.
Manuela López recuerda las largas jornadas en la madrugada para captar la Vía Láctea. «Era un trabajo de resistencia», dice. «Pero sabíamos que cada imagen valía la pena».
Ese esfuerzo ha llevado a dos producciones uruguayas a destacar en el Festival de Cine Santiago Wild 2025. Ñandú Pysã fue seleccionada en la categoría de cortometrajes. Coragyps atratus figura entre los cinco finalistas de su categoría. En una entrevista exclusiva con Ambienta, los directores profundizan en su proceso creativo y su visión sobre el cine de naturaleza.
Capturar la esencia del ñandú

¿Qué los motivó a elegir al ñandú como protagonista del último capítulo de Hábitat?
EC: Descubrimos que el ñandú tiene un profundo significado para los pueblos originarios de América del Sur. El título, Ñandú Pysã, hace referencia a la constelación de la Cruz del Sur, que significa «pisada o dedos de ñandú». La serie refiere muchas veces a la cosmovisión de los pueblos originarios. El ñandú emergió naturalmente como protagonista, ya que es una de las especies más representativas de nuestra fauna autóctona.
¿Cómo abordaron la construcción narrativa?
EC: Nuestra intención no fue abordar toda la inmensidad de la historia. Usamos el recurso para mostrar que, en esa inmensidad, nosotros como especie somos relativamente insignificantes. Partiendo de esa premisa, estructuramos la narrativa.
ML: Teníamos un esquema en la pared con la estructura de todos los capítulos. También elaboramos una lista de referentes y homenajes. En Ñandú Pysã, el universo ocupa un papel central, con una clara referencia a Carl Sagan. Incorporando la cosmovisión de los pueblos originarios, cerramos el ciclo narrativo de la serie.

El mayor reto: filmar en el hábitat natural
¿Cuál fue el mayor reto al documentar la vida del ñandú en su hábitat natural?
EC: Es un ave arisca. Nosotros evitamos interferir con su comportamiento. En Hábitat, los protagonistas son un eslabón más dentro de un ecosistema compartido con otras especies. Las jornadas en Arerunguá nos permitieron explorar las amenazas que enfrentan el campo natural o los ríos. A través de ellos, abordamos la vulnerabilidad de otras especies, como el carpincho o el venado.
ML: Una de las mayores dificultades fue la realización de los timelapses de la Vía Láctea. Antes de lograr las imágenes, tuvimos varios intentos fallidos. Además, este proceso demanda muchas horas en la madrugada. Requiere que ningún factor externo interfiera, como el viento, la lluvia o la contaminación lumínica.
El vuelo de conciencia: el micrometraje sobre el cuervo

Foto Atenea Colectivo Films
¿Qué los llevó a elegir al Coragyps atratus como protagonista de este micrometraje?
EC: La idea nació mientras trabajábamos con Edú Díaz Cotinho. Manuela recibió una invitación para un concurso cuyo tema central era el cuervo de cabeza negra. La consigna era un cortometraje de un máximo de un minuto. Logramos obtener imágenes valiosas en distintos rodajes. Eso nos permitió construir un guion que vincula la búsqueda de los pueblos originarios con el ciclo de vida y muerte que los carroñeros representan.
¿Cómo fue el proceso de filmación?
EC: Encontrar al urubú con sus crías parecía una misión imposible. Cuando ya casi nos habíamos resignado, Iván nos llamó desde la Quebrada de los Cuervos. Había encontrado a los padres empollando. Desafiando una alerta naranja, emprendimos viaje. Llegamos al paraje agotados y empapados. Al ver a las crías que tenían apenas 2-3 días, nos inundó una sensación de felicidad. Pasamos horas grabando. La mirada de la madre que se acostumbró a nuestra presencia es una imagen que llevaremos siempre en la memoria.
ML: Además de todo lo que contó Exequiel, el rodaje fue un desafío físico y técnico. El corazón latía a mil por hora, porque estábamos frente a una de las escenas más buscadas.
Atenea Colectivo Films: el futuro del cine de naturaleza

¿Qué representa para ustedes la selección de sus producciones en Santiago Wild?
EC: Fue una gran sorpresa. Santiago Wild es el festival más importante de Latinoamérica. El hecho de ser seleccionados nos impactó. Nuestra participación es sumamente valiosa. Vamos a asistir al festival para aprender mucho del intercambio con otros profesionales.
ML: Estamos convencidos de que el arte puede generar un cambio real en la conciencia ambiental. La serie nació para mostrar la gran biodiversidad de Uruguay. Que Hábitat se haya convertido en una herramienta educativa supera todas nuestras expectativas. A través de la serie, logramos reconectar a las personas con la naturaleza.
¿Qué tipo de inversión se requiere para producir sus documentales?
EC: Lo primero que se necesita es pasión. También es clave contar con el equipo técnico adecuado para la calidad visual y sonora que buscamos. El presupuesto de toda la serie Hábitat fue de 55 mil dólares.
¿Cuáles son los mayores costos?
EC: Todo suma. Siempre estamos invirtiendo en equipo técnico. Trabajamos con un equipo reducido, lo que nos permite una gran inmersión. Los viajes también representan una inversión importante.
¿Cómo logran financiar estos proyectos?
ML: La financiación proviene de distintos ámbitos. Accedemos a fondos públicos y a apoyos privados. Sin esta combinación sería imposible llevar adelante producciones de este tipo.
Un legado de resistencia



¿Creen que en Uruguay hay suficientes recursos y apoyo para el desarrollo del cine ambiental?
ML: Aún falta mucho apoyo para el cine ambiental en Uruguay. Es un género que sigue subvalorado. Son insuficientes los fondos frente a la urgencia de estas historias. Necesitamos más incentivos estatales. Aunque el proceso es lento, creemos que el cambio está ocurriendo.
¿Tienen nuevos proyectos en mente?
ML: Sí, tenemos varios. Estamos realizando una gira con nuestra muestra El Garzal (disponible en elgarzal.uy). También estamos desarrollando el largometraje documental ARERUNGUÁ – Los que perduran, un homenaje a la resistencia y a la conexión ancestral con nuestro territorio.
EC: Estamos embarcados en una coproducción con W Media de Maldonado. Y hemos creado Montevideo – al vuelo de la muy fiel, una serie que vincula las aves rapaces de la capital con el patrimonio arquitectónico.
¿Cuál sería su sueño como realizadores?
ML: Mi sueño es seguir creando este contenido. Sobre todo, contribuir a ese entramado social que reclama con fuerza la protección de nuestro planeta.
EC: Mi sueño es ser nómade, dejarme obsesionar por cualquier tema vinculado a la naturaleza. Y poder instalarme, investigar, rodar y trabajar hasta tener el documental terminado.
Desde Ambienta, agradecemos a Atenea Colectivo Films por las fotografías. Conoce más de su trabajo y cine de naturaleza visitando su web y redes sociales.

