La explotación de recursos naturales y la producción económica afectan al ambiente y atentan el equilibrio de la naturaleza. A diferencia de lo que ocurre con la diversidad biológica, los esfuerzos por conservar los aspectos abióticos (“sin vida”) de los ecosistemas, en particular el patrimonio geológico, son aún escasos. No obstante ello, la necesidad de estrategias para la conservación de la naturaleza en su vertiente geológica es fundamental, considerando que la diversidad geológica es el sustento de los componentes bióticos (“seres vivos”) y parte indivisible de los ecosistemas. Ya que, la mala gestión de los recursos geológicos afecta directamente el equilibrio de los ecosistemas.

Dada la naturaleza no renovable de los recursos geológicos, la afectación de elementos y procesos geológicos es de mayor gravedad y la posibilidad de restauración o regeneración es más remota a escala humana. Esta diversidad geológica, denominada como geodiversidad, es un término análogo al de biodiversidad. De esta forma, la diversidad existente en el medio natural está compuesta de la biodiversidad (variedad de seres vivos) y geodiversidad (variedad de elementos naturales no vivos). Es así que, a inicios de la década de 1990 surge el término de geoconservación, el cual se basa en el desarrollo de estrategias que permitan proteger la diversidad de ambientes, elementos geológicos y procesos que actualmente ocurren en la Tierra.

La geoconservación se ocupa de la conservación de la diversidad geológica del medio ambiente natural. En un comienzo, fue enfocada en el objetivo principal de conservar aquellos sitios de interés geológico necesarios para el estudio e investigación científica. Actualmente, el énfasis se ha expandido a generar estrategias que aseguren la preservación de ecosistemas y servicios ecosistémicos, además de fomentar actividades como geoturismo, geoeducación, recreación y prácticas culturales.

Es esencial incluir la geoconservación en los diversos aspectos de gestión de la naturaleza, para generar estrategias efectivas con real impacto a largo plazo, que consideren el estrecho vínculo entre el medio biótico -biodiversidad- y geológico -geodiversidad-. Sin embargo, los instrumentos de conservación de la naturaleza en Uruguay están enfocados principalmente a proteger la biodiversidad, desde la aprobación del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB); mientras que la geodiversidad se incluye sólo de manera secundaria en las normativas de protección del patrimonio natural. Por ejemplo, la Ley General de Protección Ambiental introduce el concepto de desarrollo sostenible y hace referencia a la conservación de la diversidad biológica, pero sin mencionar los ecosistemas y su medio abiótico.

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En las últimas décadas, a nivel mundial los esfuerzos de protección de la vertiente geológica del patrimonio natural -el llamado Patrimonio Geológico- comienzan a tomar relevancia, alcanzando uno de sus puntos más importantes con la concreción del Programa de Geociencias y Geoparques de la UNESCO (2015). Con el objetivo de establecer un mecanismo de cooperación internacional mediante el cual las áreas de patrimonio geológico de valor internacional, a través de un enfoque de abajo hacia arriba para conservar dicho patrimonio, se apoyan mutuamente para colaborar con las comunidades locales a fin de promover el conocimiento de dicho patrimonio y adoptar un enfoque sostenible para el desarrollo del territorio.
En Uruguay, los primeros pasos, en materia de estudio del patrimonio geológico y su conservación, comenzaron hace poco más de una década, con la consolidación del Geoparque Mundial UNESCO Grutas del Palacio en 2013, cuyo geositio emblemático fue el primero, y al momento único, que ingresó al Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SNAP) bajo la categoría Monumento Natural por sus elementos geológicos específicos de notable importancia nacional. Desde su primera revalidación como geoparque en 2017, la comunidad geocientífica nacional es más consciente de la relevancia de estudiar este tipo de patrimonio con foco en su valor científico, además de su potencial uso educativo y turístico.

El desarrollo de un inventario de sitios de interés geológico es fundamental como herramienta para la conservación del patrimonio geológico. Si bien en nuestro país los trabajos sobre el patrimonio geológico se han consolidado a nivel académico en los últimos años, el reconocimiento y valoración del patrimonio geológico nacional es un proceso incipiente y se encuentra en desarrollo. En la actualidad, existe un proyecto para el desarrollo de un inventario nacional del patrimonio geológico en colaboración entre la Dirección Nacional de Minería y Geología (DINAMIGE-MIEM) y la Facultad de Ciencias (FCIEN-Udelar). [1]

¿Qué entendemos por patrimonio geológico?
Entendiendo a la geodiversidad como la variedad elementos geológicos que se hallan presentes en un territorio (rocas, minerales, fósiles, suelos, formas del relieve, formaciones, unidades y estructuras geológicas; entre otros), podemos definir patrimonio geológico como aquella parte de la diversidad geológica que presenta una especial singularidad por su valor científico. Así, el patrimonio geológico -o geopatrimonio- consiste en un conjunto de elementos y estructuras geológicas originadas por cualquier proceso geológico. Así tenemos por una parte los elementos y por otra su valoración, donde se evalúa en función distintos criterios su interés científico, educativo o turístico.

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Es así que, cuando un lugar cuenta con un patrimonio geológico relevante, este puede adquirir la categoría de Lugar de Interés Geológico (LIG), sitio de interés geológico o geositio, por sus características singulares o de representatividad en relación a una o varias disciplinas de la geología. Los geositios son útiles para conocer, estudiar y divulgar cuestiones vinculadas al origen y evolución de la Tierra, los procesos que la han modelado, los climas y paisajes del pasado y el presente, así como el origen y evolución de la vida. A este conjunto de lugares es necesario preservar y transmitir a las actuales y futuras generaciones, pues son la “memoria de la Tierra”.
[1] Faraone, M. (2023). Inventario del patrimonio geológico del Uruguay a partir de categorías temáticas: definición del método y su implementación. Tese de Mestrado, Escola de Ciências, Universidade do Minho. Braga.